viernes, 9 de diciembre de 2011

Leyendas



Cuenta la leyenda que el Árbol de la Vida se quejó al Sol porque no doraba sus frutos por igual y que al caer y partirse en dos, la Madre Tierra se lamentaba al no encontrar las dos mitades del mismo fruto para unirlas como hombre y mujer. Fue entonces cuando el Viento les susurró a todos: “No es necesario ningún lamento por no encontrar ambas partes de un fruto. No es necesario que tengan ambas el mismo tiempo de maduración si juntas logran ser una... La edad es tan solo un impedimento, una excusa de la raza humana para rechazar, apartar e incluso menospreciar a otra sabrosa mitad, con la que igualmente podrían alcanzar la felicidad...”


(Creada y dedicada a mi hija, en memoria de mi padre... Incluso, ¿Porque no...? A mi misma y todos aquell@s que se han encontrado en una situación similar alguna vez en su vida.)


Iasbel

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